Pamplona recibe al año millones
de visitantes, la mayoría de ellos nos visitan en nuestras fiestas de San
Fermín, pero ninguno de ellos se preocupa en conocer a fondo nuestra ciudad.
Nosotros vamos a descubrir gracias al buscador
de hundredrooms alguno de los rincones más bonitos de esta ciudad.
Podemos iniciar nuestra visita
por las calles que constituyen el recorrido de los encierros, en donde discurre
gran parte de la vida de los Pamploneses por las tardes. En este paseo cabe
destacar la calle de Santo Domingo, la plaza consistorial, donde se
sitúa el edificio del ayuntamiento con su fachada de estilo barroco y neoclásico,
y la
fotografiada curva de Mercaderes. Otro de los puntos de interés es la agitada
calle
estafeta jalonada de casas palaciegas con bonitas balconadas. Y
finalmente el coso Pamplonés, con su archiconocido callejón, donde se
respira adrenalina y miedo durante todo el año.
Un paseo por su parte vieja nos
hará descubrir rincones tan bonitos como desconocidos, donde podemos destacar
entre otros las iglesias-fortalezas de San
Nicolás y San Saturnino; las antiguas murallas;
el Museo de
Navarra, el Palacio de los Reyes de Navarra, actual Archivo
General de Navarra; la capilla de
San Fermín, en la iglesia de San Lorenzo; el Museo Pablo Sarasate; la Cámara de Comptos, único
edificio gótico civil de la ciudad; o la Plaza del Castillo, centro
neurálgico de la ciudad y plaza porticada donde el visitante puede reponer
fuerzas en terrazas y locales como el genuino Café Iruña al que era
asiduo el escritor Ernest
Hemingway que dio a conocer las fiestas de San Fermín al mundo en su famoso
libro Fiesta.
Pamplona sobresale por su recinto amurallado
medieval algo más de 5 kilómetros de paredes, portales, revellines, baluartes,
bastiones, medias lunas, y fuertes dotan a este conjunto defensivo de la
sobriedad y la sofisticación que le han valido ser declarado Monumento Nacional
y ser considerado como uno de los complejos bélicos más interesantes y mejor
conservados de España. En nuestro recorrido por las murallas podremos disfrutar
de rincones como el archivo general de Navarra, antiguo palacio cuyos orígenes
se remontan al siglo XII y que sirvió de
residencia a los obispos de Pamplona y a los monarcas privativos del nuevo reino. El
Bastión del Redin, que se
consideraba el mejor punto defensivo de la ciudad y el más inaccesible de todo
el complejo amurallado. Al tener una forma estrellada con tres puntas, los
cañones podían cubrir todos los ángulos de tiro. En cada extremo de la estrella
hay una garita de diseño renacentista, iguales que las de la Ronda Barbanzana. Éste
es sin duda uno de los rincones con más encanto de la ciudad, un bello lugar
para el paseo junto a la Plaza de San José y la Catedral. Tras atravesar
las estrechas e enredadas calles del centro histórico, la ciudad se abre sobre la ronda de Barbanzana, un gran
balcón sobre las murallas, entre el Rincón del Caballo Branco y el Baluarte del
Redín. La vegetación y las vistas que rodean la urbe acompañan al caminante
mientras sigue el curso del paseo por la línea amurallada, llamada así en honor
del obispo Barbazán.El Paseo de Ronda, que va desde el Mesón del Caballo
Blanco, hasta los jardines de la Taconera. El paseo de ronda es el paso superior
que discurre junto a las almenas de las murallas y recibía ese nombre porque
ése es el recorrido que paseaban los soldados para vigilar el horizonte y los alrededores, haciendo guardias para
proteger la ciudad.
El parque de la Taconera, conformado hacia 1830, es el más antiguo y hermoso de los parques de la ciudad. En la parte baja de los jardines, los fosos muestran al visitante un pequeño recinto zoológico ente murallas en el que comparten espacio ciervos, patos, conejos y pavos reales. La Ciudadela y la Vuelta del Castillo, son el gran pulmón de la ciudad. Se trata de 280.000 metros cuadrados de arbolado y praderas que se entrelazan con una construcción levantada entre 1571 y 1645 para la defensa de Pamplona.
El parque de la Taconera, conformado hacia 1830, es el más antiguo y hermoso de los parques de la ciudad. En la parte baja de los jardines, los fosos muestran al visitante un pequeño recinto zoológico ente murallas en el que comparten espacio ciervos, patos, conejos y pavos reales. La Ciudadela y la Vuelta del Castillo, son el gran pulmón de la ciudad. Se trata de 280.000 metros cuadrados de arbolado y praderas que se entrelazan con una construcción levantada entre 1571 y 1645 para la defensa de Pamplona.
Por supuesto algo importante para
visitar una ciudad es tener un buen alojamiento donde descansar. En
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